EL NOMBRE AMÉRICA VIENE DE LOS MAYAS Y NO DE VESPUCIO III
EL NOMBRE AMÉRICA VIENE DE LOS MAYAS Y NO DE VESPUCIO
El gran cuento eurocéntrico
Por Atawallpa Oviedo Freire, filósofo andino, autor de 12 libros, 5 traducidos al francés. 27-09-2021
Parte III (Parte I y Parte II)
Quién publicó el primer mapa? “Las obras de Vespucio llegaron al Gymnasium Vosagense, una institución académica religiosa en Saint-Dié-des-Vosges (Francia). El grupo de geógrafos allí reunido, que incluía a Martin Waldseemüller y Matthias Ringmann, publicó en 1507 una Cosmographiae Introductio, anónima pero probablemente escrita por Ringmann, junto con un mapa del mundo firmado por Waldseemüller y una traducción de la Carta a Soderini. Tanto el mapa como el texto asignaban el nombre de AMERICA a un nuevo continente separado de Asia. “No veo qué derecho tendría nadie a objetar a que se llame a esta parte, por Americus que la descubrió y que es un hombre de inteligencia, Amerigen, esto es, la Tierra de Americus, o America: ya que tanto Europa como Asia obtuvieron sus nombres de mujeres”, decía la Introductio.[12]
Es decir, cuatro años después de la publicación de los primeros libros de Alberic Vespucci, el geógrafo, cartógrafo y clérigo alemán Martin Waldseemüeller junto a Mathias Ringmann quién sería el verdadero autor del mapa, publicaron en la imprenta de Jean Basin en Francia por primera vez un nuevo mapa-mundi, en el que constaba otro continente y en el que por primera vez aparece el nombre AMERICA, aunque también hay otros nombres o escritos en la parte superior de este continente.
Más abajo el lector puede observar una parte ampliada del mapa y ver que el nombre AMERICA está escrito en la parte sur del continente. El mapa se llama Universalis cosmographia secunda Ptholemei traditionem et Americi Vespucci aliorum que lustrationes (Un dibujo de toda la Tierra siguiendo la tradición de Ptolomeo y los viajes de Américo Vespucio y otros) pero es más conocido como el mapa Waldseemüller de 1507.[13]
Lo curioso nuevamente, es que en 1513 Waldseemüller y sus colaboradores publicaron una nueva edición de «Geographiae» de Ptolomeo, pero sorpresivamente el nombre AMERICA ya no está en sus mapas. Qué pasó. España e Inglaterra se disputaban quién había sido el descubridor, quién fue el primero que piso tierra continental, cuál era el nombre que debía tener este nuevo territorio, y principalmente, quién tenía el control y propiedad del Nuevo Mundo.
Intereses poderosos debieron presionar o amenazar a los autores del primer mapa, que en el nuevo que publicaron 6 años más tarde ya no aparecía el nombre AMERICA sino que en el mismo lugar se leía Terra Incognita (Tierra desconocida). Y posteriormente en la «Carta Marina» de 1516, también de Waldseemüller, apareció ahora el nombre Terra Nova (Nuevo Mundo)[14]. Es decir, había intereses de que no aparezca el nombre AMERICA, pues a las Coronas les interesaba definir su nombre, la monarquía española prefería los “Reinos Castellanos de Indias” y la inglesa les llamaba las “Indias Occidentales”.
Los monarcas europeos, especialmente los españoles, se resistieron por tres siglos a la adopción del nombre AMERICA, que había sido adoptado por el pueblo, pues, siguieron durante todo este tiempo hablando en los actos oficiales del “Consejo de Indias”. Además, en las Historias de las Indias de Oviedo, de Gomara, de Las Casas, no se hace referencia a Vespucci ni al supuesto nombre de América en su homenaje. Lo que quiere decir que muy tardíamente se aceptó oficialmente el nombre y se admitió finalmente el cuento que todos conocemos.
A la final, las contribuciones cartográficas de Johannes Schöner en 1515 y de Pedro Apiano en 1520 adoptaron la palabra AMERICA para el hemisferio occidental y ese nombre pasó a formar parte del uso aceptado entre los científicos.[15] En 1538, el geógrafo flamenco, Gerardus Mercator, también usó la misma palabra para referirse a toda la masa continental del hemisferio occidental.
Es decir, más allá de los intereses de las monarquías, se impuso por un lado la ciencia, y por otro, el nombre que el vulgo le había puesto de América al nuevo mundo. Por su parte, Vespucio se aprovechó de la fama del nombre América y adoptó el apodo Américo como le comenzaban a nombrar, en la creencia de que él fue el descubridor o de que fue el primero en darse cuenta de que era otro continente, y de esta manera dejando paulatinamente de utilizar su nombre de pila Alberic.
Jean Marcou anota: “Mi impresión, después de un dilatado estudio de este asunto, es que, ya dado por otros, ó tomado por él mismo, el nombre Amerigo pareció á Vespucci mejor que el común y conocido Alberico. En efecto, el nombre Amerigo parecía recordar, mediante una designación extranjera, y por el país del Nuevo Mundo que lleva la de Amerrique, que entre los Vespucci de Florencia, era aquel el gran viajero y explorador de países nuevamente descubiertos.
En una palabra, el nombre Amerigo es más bien un calificativo que un nombre propio; pudiendo decirse que Vespucci fué el primero á quien se dió un nombre tomado del Nuevo Mundo, y que fácilmente se trasformó en Americo como más apropiado al del origen, que es Amerrique: y en este sentido puede también asegurarse que Vespucci fué el primer Americano. Es decir, que en lugar de tener el honor de dar su nombre á la cuarta parte del mundo, de ésta salió el sobrenombre que lleva, trocado en nombre por el uso, y que lo ha hecho célebre; siendo además el primer europeo que ha tenido tal honor.”[16]
Por qué todo esto? Las monarquías española e inglesa se disputaban el continente, y esto implicaba cómo y quién fue el primero en llegar y descubrir las Indias Occidentales. Cristóbal Colón llegó por primera vez a las islas del Caribe en 1492 y recién al continente en septiembre de 1502 a las costas de la actual Honduras. Pero quién llegó –según los ingleses- por primera vez a las costas continentales fue el navegante veneciano Juan Caboto el 24 de julio de 1497, es decir, 5 años antes de Colón y quién había sido enviado por el rey Enrique VII de Inglaterra.
Desde ahí, hubo una disputa entre las monarquías por más de 300 años, al extremo que los ingleses financiaron a las élites criollas de América para que rompieran con la monarquía española, con el propósito de ellos pasar a controlar todo el continente. A esto acto, los intelectuales eurocentrados le llaman “Independencia” de España y Portugal, cuando tan solo hubo un corte administrativo.
Siguiendo con estos cuentos eurocentrados, dicen que los “patriotas” lucharon por la independencia para terminar con el yugo español, cuando a los independentistas nunca les interesó acabar con ningún yugo y solo les interesaba quitarse de encima a la monarquía, para imponer ellos más fuerte el yugo a las poblaciones indígenas pues las denominadas “Capitulaciones de la Reina” lo impedían.
El yugo luego de la supuesta “Independencia”, para los pueblos fue mayor que en la época monárquica. A la final, para las poblaciones indígenas que eran la mayoría solo fue un cambio de yugo, del español al yugo de los criollos y al yugo de los ingleses, para finalmente pasar al yugo estadounidense hasta el día de hoy, es decir, que siempre se mantuvo el yugo al occidentocentrismo o hubo una continuidad colonial hasta este momento. No ha habido ninguna independencia hasta ahora, pues como bien lo digo el pueblo ecuatoriano: tan solo fue “el último día del despotismo y primero de lo mismo”.
Entonces, los nombres America, Terra Incognita, y Terra Nova, en ese orden, entrañaban una disputa no solo entre Vespucio y Colón, sino, y principalmente entre las monarquías, especialmente por parte de los ingleses, que no se rindieron en concederles todo el territorio a los monarcas españoles, sino que siguieron en su propósito de tener su tajada si es que no podía ser totalmente. El 4 de julio de 1584 llegó a Norteamérica la primera expedición de colonos británicos, portando consigo un documento firmado por la reina Isabel, el que les facultaba colonizar aquel lugar.
Logrando definitivamente el establecimiento de la colonia de Jamestown en 1607, para luego ir desplazando paulatinamente a los españoles de toda la América del Norte. Los actuales estados norteamericanos de California, Nevada, Colorado, Utah, Nuevo México, Arizona, Texas, Oregón, Washington, Idaho, Montana, Wyoming, Kansas, Oklahoma, Luisiana, Florida, Alabama, Misisipi y Alaska eran posesiones españolas que formaban parte del Virreinato de Nueva España, es decir, más de la mitad del actual Estados Unidos. Todos estos territorios lo perdieron en un período de 300 años en que duró el poderío español, y el último territorio que cedieron fue Florida a través del Tratado de Adams-Onís suscrito entre Estados Unidos y España el 22 de febrero de 1819, que puso fin a la soberanía española en América del Norte.
Los ingleses fueron más sanguinarios que los españoles con las poblaciones nativas y otra hubiera sido la historia de Norteamérica si los ingleses no los hubieran desplazado a los españoles, seguramente como hoy es Latinoamérica. Jamás hubiera surgido Estado Unidos que se convirtió en el nuevo imperio, que robó todo, hasta el nombre América pues no tenía ningún nombre.
Corroboran lo anotado anteriormente: El geógrafo francés Jean Marcou en sus investigaciones “Sobre el Origen del Nombre América”[17], publicado por la Sociedad Geográfica de París en 1875 sostiene que Alberico Vespucci adoptó el apodo de Amerigo pues se hizo muy popular este nombre, pero que la voz de marras tendría origen maya-quiché: Amerrique o Amerique, en francés suavizado.
José Steinsleger hace un resumen de este libro de Marcou y cuenta “que Amerrique era el nombre indígena dado a las montañas existentes entre Juigalpa y La Libertad, departamento nicaragüense de Chontales. El geólogo y naturalista Thomas Belt, autor de The Naturalistic in Nicaragua (1874), observó que la sierra o cordillera de Amerrique forma la línea divisoria de las aguas, entre el lago de Nicaragua y el río Bluefields.
De 1868 a 1871 Belt fue ingeniero de la compañía Minera de Chontales, en las minas de oro de Santo Domingo, San Benito y San Antonio. Anteriormente, las minas habían sido explotadas por los indígenas y los españoles. Ávidos de oro, los tripulantes del cuarto y último viaje de Colón (1502-03) fueron los primeros en divulgar con persistencia la voz amerrique. El piloto mayor Vespucci, entre ellos.
Un año después, Vespucci dejó de llamarse Alberico y adoptó el de Amerigo, nombre desconocido en Europa pero dado por sus marineros a propósito de Amerrique o Amerique. Es decir, que en lugar de tener el honor de dar su nombre al «Nuevo Mundo», de éste salió el nombre que lo hizo célebre.” [18]
El arqueólogo nicaragüense Jorge Espinosa en su tesis de maestría en la Universidad de Luisana y luego publicada en un libro de 600 páginas bajo el nombre “América, descubrimiento y rigen de su nombre”, demuestra con un juego de mapas del siglo 15 y 16 esta aseveración, y confirma que el nombre viene de Amerrique.[19]
En conclusión, Amerrique o Amerike es un nombre originario de este continente, y que en maya quiché significa «país del viento» o «país donde el viento sopla siempre». Por tanto, es verdad que lo pusieron los europeos este nombre, pero no en homenaje a Vespucci sino porque se popularizó en Europa este apelativo, tal como lo corrobora Schöner[20] quién anotaba que desde 1515 el nombre Amerrique (América) era ya popular, por lo que a las monarquías no les quedó más remedio que aceptarlo.
Debió ser humillante para la monarquía española que no le pongan un nombre dinástico, tal como lo hizo Colón que bautizó a las islas con nombres nobles o Hernán Cortez a una parte del continente como la Nueva España. Vespucio no era de la nobleza ni nadie especial, máximo le dieron el título de Piloto Mayor y una renta. Pero, de ahí aceptar que lleve su nombre el nuevo continente era un harakiri para la monarquía.
Por cierto, en este mismo sentido hay que descolonizar otro cuento también en relación a Vespucio, de que Venezuela hace referencia a Venecia. Al respecto Ramón Hernández Villoria, dice: “Hay una versión del origen del nombre de nuestro país que tiene fundamentos más históricos, mejor documentados, y que no son un invento o una elucubración. Esta versión atribuye al nombre de Venezuela un origen autóctono que los españoles se apresuraron a reproducir. El apoyo documental a esta versión lo ofrece Martín Fernández de Enciso en su libro «Suma de Geografía que trata de todas las partes y provincias del mundo, en especial de las Indias», editada en Sevilla en 1519, y que es el primer impreso que habla del Nuevo Mundo. En él se lee: «y al cabo dela cerca de la tierra está una peña grande que es llana encima della. Y encima de ella está un lugar o casas de indios que se llama Veneçiuela…» (…) Algunos años más tarde, Juan Botero, en su libro «Relaciones de Universales del Mundo», afirma que en el golfo de Venezuela hay una población de indios con ese nombre edificada en un peñasco «essempto y relevado que se muestra sobre las aguas»
Véase que en ambos casos, los escritores dicen que el nombre del poblado indígena es Veneçiuela. Ellos no dicen que los españoles le hayan puesto el nombre, sino que sugieren que ese es su nombre indígena y punto. Finalmente, en un enunciado muy valioso, que reafirma la autoctonía del vocablo, Antonio Vázquez de Espinosa, sacerdote español que viajó por casi todo el continente en el último tercio de los mil quinientos, escribió en su «Compendio y descripción de las Indias Occidentales», fechado en 1629, lo siguiente: «Venezuela en la lengua natural de aquella tierra quiere decir Agua grande, por la gran laguna de Maracaibo que tiene en su distrito, como quien dice, la Provincia de la grande laguna…»[21]
Como éstos y otros cuentos, ha escrito el pensamiento eurocéntrico y lo siguen repitiendo en la academia los acomplejados criollos eurocentrados. De ahí que es fundamental reescribirlo todo, para reconstruir la vida y la humanidad desde otras bases o raíces a las que el dogmatismo civilizatorio lo ha hecho, en su propósito de enajenación y domesticación mundial.
Miles y miles de páginas deben seguir a lo anotado anteriormente, para descolonizar o desarmar todo el andamiaje en que se sostiene y mantiene el patriarcado, con su proyecto racionalista llamado la civilización y que terminó en irracional, por ser lo más anti natural que haya producido la mente oscurantista en toda la historia de la humanidad.
Como dicen los abuelos y abuelas, ahora nos toca caminar con el pasado para no darnos con la misma piedra una y otra vez, para no ir a nuevas aventuras y modas, sino, aprovechar de toda la experiencia acumulada de los pueblos para tejer la vida, haciendo un proceso de trans-civilización para dejar la civilización de la muerte por una cultura de la vida.
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[12] https://www.bbvaopenmind.com/ciencia/grandes-personajes/americo-vespucio-cosmografo-nombre-america-error/
[13] https://www.bbc.com/mundo/noticias-america-latina-44219307
[14] https://www.bbc.com/mundo/noticias-america-latina-44219307
[15] https://www.bbc.com/mundo/noticias-america-latina-44219307
[16] https://www.gutenberg.org/files/62211/62211-h/62211-h.htm
[17] https://www.gutenberg.org/files/62211/62211-h/62211-h.htm
[18] https://www.jornada.com.mx/2005/10/12/index.php?section=opinion&article=028a1pol
[19] http://archivo.elnuevodiario.com.ni/nacional/165155-se-alborotan-leyendas-nombre-america/
[20] https://www.gutenberg.org/files/62211/62211-h/62211-h.htm
[21] https://www.servindi.org/actualidad/48399