EL PERÚ HIRVIENTE DE NUESTROS DÍAS
EL PERÚ HIRVIENTE DE NUESTROS DÍAS
por Max Murillo Mendoza/18.12.2022
El título se lo debo al gran intelectual peruano José María Arguedas, cuando se refería al Perú a inicios de los 80 del anterior siglo, cuando Sendero Luminoso daba la campanada total con su guerra popular prolongada maoísta. Desde entonces la izquierda peruana se partió en varios segmentos, totalmente fracturados y sin rumbo respecto de la historia peruana. Pues Sendero Luminoso quebró con violencia las articulaciones de la izquierda, ya que sus posiciones radicales no aceptaron teorizaciones de izquierda “burguesas”, que simplemente engañaban al pueblo y nada hacían por él. Por aquellos años, Sendero Luminoso fue definitivamente la luz de la izquierda; aunque su final a principios de los años 90 no fue precisamente lo adecuado.
Desde entonces la izquierda peruana está extraviada, con sus posiciones sesenteras y setenteras que no responden a las realidades peruanas. Los intelectuales peruanos, se precian de ser de los mejores del mundo; y por increíble que parezca no le achuntan a sus propias realidades. Lo que sucede en estos días en el Perú, confirma esta afirmación de que la izquierda no tiene rumbo ni respuestas a estas coyunturas de su historia.
Castillo en realidad fue un esfuerzo de los sectores populares, cansados de las democracias formales que muy poco hacen para resolver los problemas estructurales, se arriesgaron a lanzarse a la contienda democrática. Los sectores de izquierda intentaron aproximarse a él; pero desde su debilidad y sin propuestas algunas. Castillo gobernó en soledad el poco tiempo que estuvo en el palacio de gobierno. Otra vez la izquierda peruana demostró su momento poco decoroso y sin ideas actuales para el Perú actual.
Pues la izquierda peruana ha perdido a sus mejores cuadros intelectuales, por muerte natural o jubilación intelectual al final del anterior siglo. Hoy no cuenta con recursos humanos, que estén a la altura de las circunstancias. Lo que queda no tiene ni la pizca, de lo que era hace un tiempo, ni las agallas en las ideas para enfrentar las nuevas circunstancias de la historia del Perú actual.
El Perú moderno fue avasallado por el neoliberalismo del anterior siglo. Después de la experiencia de Sendero Luminoso, sólo vino el neoliberalismo para reordenar y restaurar al Perú señorial y gobernado desde siempre por la poderosa burguesía limeña. El Perú moderno sigue nomás con siglos de racismo y pigmentocracia colonial, con cambios de decoro y pues con un capitalismo pujante, que desarrolla sectores de punta en sus industrias pero en detrimento de capas sociales marginales, sobre todo del sur del Perú.
Lo que sucede en estos días con varios muertos y centenares de heridos, es otra vez la muestra de aquella memoria larga del pueblo que sale a las calles, a recordarle al Perú que no se resuelven problemas estructurales desde la colonia misma. Siglos y siglos de historias que se repiten, siempre en contra de ese pueblo invisible de las provincias o departamentos condenados a la marginalidad por la centralidad limeña. Lo triste es el abandono de los supuestos sectores de izquierda, que simplemente nada pueden hacer por el pueblo y nada tienen que ofrecer al Perú actual.
Demasiadas veces en la historia latinoamericana, el pueblo se quedó abandonado por quiénes deberían estar en las trincheras de la coherencia. La crisis estructural y profunda de la izquierda peruana, que no puede levantarse desde finales de los años 90 del anterior siglo, deja la cancha abierta a los sectores más retrógrados y conservadores de ese país. Sectores profundamente racistas, que esperan desde siempre reordenar el país a imagen y semejanza suya. Y siempre en nombre de la modernidad, del desarrollo y el progreso. Banderas favoritas ideológicas, cuando se trata de marginar al Perú profundo.
Pues ese Perú profundo está en las calles en estos días, reclamando respeto por las reglas de juego que la propia burguesía peruana no respeta. Reglas de juego burguesas como la democracia, porque en esas reglas de juego ganó el profesor rural Castillo; y las élites no le perdonaron pequeños errores de falta de experiencia. En realidad se asustaron de las posiciones políticas del profesor rural, dichas élites reaccionan en consecuencia para arrinconarlo e incluso apresarlo.
El Perú hirviente de nuestro días exclama justicia e igualdad para millones de marginados, o excluidos de la historia desde la colonia. Lo hace sin acompañamiento de sectores de izquierda, que supuestamente deberían estar en esas trincheras; pero por ahora no tienen ideas, y las del siglo XX ya no alcanzan para las complejidades del Perú actual.
El Perú hirviente de estos días sólo reclama que las leyes sean para todos por igual. Pero en Perú las leyes no son para todos por igual. Hay colonialistas que devienen desde el siglo XVI, con derechos asumidos y señoriales; y hay colonizados que aún no han ganado su derecho a ser libres y ciudadanos por fin del siglo XXI.
La Paz, 18 de diciembre de 2022
Entrevista a Gustavo Petro ver aquí: https://twitter.com/chrisbustc/status/1604183141731672067?s=08