EL VOTO ÉTNICO DE PEDRO CASTILLO (PERÚ)

EL VOTO ÉTNICO DE PEDRO CASTILLO

Javier Solis Salcedo/12-04-2021

No es del sur del Perú ni tiene apellido andino, pero ha absorbido como si fuera una esponja el “voto étnico” del Perú actual.

Es del norte, pero ha ganado a pesar de serlo, sobreponiéndose a una supuesta dicotomía, que ahora comprobamos que no existe. Porque a pesar de no recibir los votos de bolsones electorales como Lambayeque, La Libertad, ni de Lima y Callado, ha concentrado hasta más del 50 por ciento de los votos de Huancavelica, la región más empobrecida de todo el país.

Y sus votaciones han sido expresadas contundentemente en las principales regiones del sur, como Arequipa, Qosqo, Puno, Ayacucho, Moquegua y Tacna.

Estos aparentemente extraños resultados están refrendados programáticamente por una propuesta que parece que no habíamos leído completa y oportunamente…

Además de las urgencias de la pandemia que exigen la atención inmediata de una población mortalmente hambreada, Perú Libre prioriza el “cambio” de una constitución criolla con infinidad de gollerías para los “propietarios” y las empresas transnacionales, con claros signos de resistencia antiimperialistas como el rechazo a la OEA y de la estructura estatal manipuladora y corrupta como el freno a las manipulaciones del fujimorista Tribunal Constitucional.

Además de otras consecuentes medidas, que tenemos que seguir analizando a la luz de la Sociología Andina, para terminar de “leer” el mensaje político y social de los últimos resultados electorales.

La posible presencia de organizaciones populares “extremistas” como el MOVADEF, que es muy preocupante para los analistas políticos de la derecha, no solo no es inconveniente, sino necesaria para “desfogar” con sus votos el rechazo a la constitución fujimorista de 1997, porque está evitando baños de sangre que habría producido una explicable lucha de opuestos, que en términos marxistas la llaman “lucha de clases”.

Está claro que los peruanos hemos preferido una contienda política en las ánforas que pudo volver a expresarse en el campo y con el fuego de metralla y los de atentados de hace relativamente poco tiempo.

Los resultados electorales, exactamente como se han producido, nos están evitando enfrentamientos sociales, que la miopía política de los criollos colonialistas, se disponían a imponernos, por otros cien años.

Que las filas de “Perú Libre” están abarrotadas de senderistas o de sus simpatizantes, es mil veces preferible a que se vuelvan a gestar y desarrollar movimientos armados contra un estado colonialista y sin vergüenza para seguir esquilmándonos.

Así los procesos electorales como el que estamos viviendo, permiten alcanzar equilibrios sociales indispensables para convivir los próximos años, alcanzando una aspirada paz social.

Y los resultados son halagüeños y “transaccionales” porque todo lo que propone el profesor Castillo no tiene que cumplirse, pero con la condición de que se acepten algunas de sus principales exigencias, expresadas principalmente en la disminución de la corrupción que seguía contaminando la política, como siempre lo ha hecho el fujimorismo.

Los siguientes pasos felizmente son bastante claros y esperados: En la segunda vuelta volverá a ganar Pedro Castillo potenciado con un mayor respaldo electoral de alianzas y acuerdos con las demás fuerzas políticas populares y progresistas. En eso felizmente es decisivo el voto “antifumimorista”.

No creo que hayamos podido tener mejores resultados, porque no sólo disminuyen tensiones acumuladas, sino nos permitirán superar entuertos que ya se había hechos insoportables.

Mi equivocación en los anteriores artículos estuvo en atribuirle algunos “votos étnicos” a una candidata “caviar” que creí que podía acumular lo necesario para vencer a los criollos enquistados en el poder, los últimos 200 años.