PACHAMAMA: SUEÑO ANCESTRAL POR UN MUNDO MEJOR
PACHAMAMA: SUEÑO ANCESTRAL POR UN MUNDO MEJOR
Max Murillo Mendoza /02-08-2023
Los pueblos indígenas por todo el mundo, por experiencia, saben que este es el único mundo que nos queda y cuidarlo sosteniblemente es la mejor herencia para las generaciones venideras. Pero desde el siglo XVI la historia del capitalismo, del desarrollo y progreso al infinito, ha destruido nuestro hábitat, contaminando ríos, bosques, mares, montañas, lagos y selvas. Es decir, matando seres de todas las especies y dejando al azar y la agonía a los mismos humanos. Ese desequilibrio terrible de la naturaleza, está costando incluso pérdidas multimillonarias a los países de todo el mundo, pues las sequías o las inundaciones producen tanta destrucción y muerte, como resultado del modelo de desarrollo desde el siglo XVI.
Antes de las consideraciones científicas de occidente, los pueblos ancestrales ya sabían que lo sostenible y reciprocidad con la naturaleza, era lo correcto para el goce de la especie humana en esta vida. Experiencias milenarias que no fueron tomadas en cuenta en la historia de occidente, sino cuando recién en el siglo XX descubrieron dichas sabidurías mediante sus científicos sociales. Desde entonces se intentan diálogos entre culturas, entre religiones, entre experiencias civilizatorias.
En esta parte del mundo, Pachamama es la Diosa Madre de la tierra. Que nos cobija y nos bendice con toda la riqueza animal y vegetal de la creación. Nuestros pueblos adoraban en agradecimiento y reciprocidad, mediante la k´oa, la ch´alla y los deseos a la deidad para la familia, la comunidad y nosotros mismos. Pero también somos cristianos, pues no hay ninguna contradicción entre el animismo ancestral y las religiosidades que llegaron después. Siglos de complejidades y miradas en las costumbres, han resultado precisamente en religiosidades animistas y cristianas al mismo tiempo.
Pacha: universo, cambio, tiempo. Somos también aporte desde nuestras costumbres, hacia el universo, hacia el mundo. Pacha: desde las profundidades del tiempo y el universo, para el renacer de nuestros pueblos.
Es cierto que vivimos como nunca en la historia moderna, una crisis de dimensiones apocalípticas con el cambio climático. Es cierto también que el modelo de desarrollo nos ha empujado a la destrucción de la naturaleza. No somos conscientes de lo que estamos haciendo con la madre tierra. Porque salir de la pobreza, de la miseria; o sólo enriquecerse a costa de cualquier sacrificio de la naturaleza, como los países ricos, siempre es a fuerza de destrucción de la naturaleza.
Pero el enorme sacrificio que hace la naturaleza no es sostenible. Ya vemos las consecuencias con el calentamiento global o el cambio climático. Ya vemos como agonizan especies de animales y vegetales a lo largo del mundo. Pues el egoísmo humano no tiene límites cuando de acumulación se trata. Desde lo pequeño, hasta lo más grande: es el modelo de la economía lo destructivo. El sentido del poder humano en la acumulación de riqueza, enfermedad que deviene desde el siglo XVI con mucha fuerza y virulencia, para justificar instintos salvajes de poder sobre los demás.
Por todo eso es importante recordar, junto a nuestros ancestros, que la Pachamama es la Madre Tierra a quién tenemos que cuidarla y protegerla hasta el fin de los tiempos. Lo contrario ya nos comienza a fracturar lo cotidiano, porque también sabemos que la sabia naturaleza se defenderá de quiénes destruyen su ser mismo. Las inundaciones, las sequías, las enfermedades como el covid, sólo son reacciones en defensa propia ante la destrucción desmesurada de la naturaleza.
En este mes de agosto, recordemos y agradezcamos a la Pachamama por todo lo que ella nos da en la vida. Recordemos con consciencia renovada los pensamientos de los pueblos que defienden su hábitat, en las selvas, en los bosques, en las llanuras, en las montañas, del egoísmo humano con su modelo de desarrollo de acumulación al infinito. Y ojalá consideremos con urgencia, otros modelos de desarrollo totalmente sostenibles o totalmente en favor de los ritmos de la naturaleza.
En este mes de agosto reforcemos nuestros pensamientos ancestrales, muchas veces comidos y triturados por el modelo de desarrollo capitalista, inconsciente o consciente, que ya no hay duda en su proceso destructivo aun sus bondades posibles en la resolución de la pobreza. Que agosto sea, en lo posible, un mes de reflexión sobre la Pachamama no como discurso y excusa de farras.
Pues volquemos nuestra mirada hacia una actitud religiosa y reflexiva en este mes, construyendo o intentando restablecer las acciones de cuidado, de reciprocidad que tenían nuestros pueblos ancestrales con la naturaleza, con el hábitat, con los animales, con los vegetales y el medio ambiente. Actitud, en estos tiempos, revolucionaria frente a tanta bulla y discurso destructivo y egoísta. Donde el rencor, la venganza y el odio humano han dado lugar a la destrucción de todo el valor del acto reflexivo, del acto religioso.
Pacha: cambio de época. Cambio de actitud, junto a los espíritus de los pueblos ancestrales para el cuidado de la naturaleza, de nuestros hábitat, de nuestros presentes y futuros. La Paz, 1 de agosto de 2023